jueves, 11 de diciembre de 2014

Con tal debilidad hacer un lirio: despojarlo, vestirlo, malcriarlo, tú en vilo. De tal debilidad hacer un norte, un por cuánto, un camino, un dar la luz a trozos y por piezas dejar a Dios vencido. Por tal debilidad hacerse niño, por tal debilidad forzar lo fuerte, lo candente, lo forzoso, lo mío: de tal debilidad hacerse río.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Con el abismo abierto, ¿dónde puedes caer? ¿Dónde caen la alegría, la ceniza, la sed, la salvación que dices: escribir y estar vivo? ¿Dónde el hambre y qué hacer? Con el abismo cierto, ¿cómo buscar tu mano, sin nada que ofrecer? ¿Cómo darte la espalda? ¿Cómo escribir y qué? 
El abismo terrible como el día en que yo no lo salté, el destino terrible y paralelo, ¿y cómo huir de él? ¿Hay alguien a mi lado? ¿Hay alguien que me diga no esta vez? ¿Alguien que me asegure que el abismo se cierra, que yo no saltaré? Dónde esta vez la mano, el calor, la prudencia, el amor que me diga que ya no he de temer. Nunca, en ninguna parte: si estoy vivo y futuro y cuerdo y espantado de lo que pudo ser, lo estoy porque he saltado, porque ya no hay en qué pisar ni estar sentado: todo es sólo caer.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La fundación del hambre como un milagro a ciegas: definirse, vivir, caer, estar, de pronto una falta, un hogar, un no vivir y tanto porque hagamos nos da.
La fundación del cielo: la batalla del pan, el olvido, la fuente, nada y en tanta nada querer más tropezar: el abismo, la fuga, la cosecha, la paz.
Yo tengo un hambre sola en este mundo: no tener nunca más guerra de la conciencia que a mi guerra bendita le haga guerra y no paz: no tener otra gloria que ser y desear.