Y me gana gesto a gesto y me llama amor y vida, y mi señor y mi hermano, y se llama libertad, y sus ojos son los tuyos y tu verdad mi verdad, y el dolor ya no es dolor: tú lo has sanado. El único camino es darte siempre y en todo la verdad.
(Que los cimientos sobre los que hacemos el sueño sean firmes: que estén hechos de verdad, de amor, de respeto: el único camino hacia la libertad plena, interior y completa, es el de la verdad, sin verdad no hay libertad posible, la única libertad que yo anhelo es la de la confianza plena en darte siempre sin miedo todo lo que sienta y tenga, dártelo sin miedo ninguno, seguro de que tu amor me llega ante todo en la verdad: sin ella nada hay firme, sin ella no hay libertad.)
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