llámame nadie
miércoles, 3 de octubre de 2012
Alimentar el llanto, hacerlo mío, nuestro, universal, entero. Alimentar el llanto así para tal vez así desvelar el consuelo, reencontrar el camino, derramar paz y vuelo. Y estar, estar ahí, estar aquí. Y beber de este llanto y de aquel reino.
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