Dame, amor, la razón que quieras darme. La luz
ya no la tengo, ni el camino se traza ni hay adónde mirar. Dame
completa, amor, razón con vida, que amanezca delante, que el sol llegue,
que me empiece la vida a dar respuesta. Dame una luz y un escalón y un
trazo al azar que seguir, dame un viento de paz, de olvidar lo que no
quiero que pase, dame puertas abiertas, cierra el tiempo y el hoyo y el
abismo hazlo fuero, un fuero al que agarrarme y en que caiga razonable y
total y coherente, dame un abismo entero, un abismo de mí, un abismo
que sea lo que quiero, dame un abismo abierto.
Amor, yo lo gozoso, lo loco, lo insensato, lo
vivo, lo tuyo, lo pesado, lo perdido, lo nuestro. Amor, yo lo doliente,
yo lo fuerte, lo mío. Amor, yo lo contrario, lo fatal, tu destino, tú el
mío. Amor, yo lo lloroso, amor, yo el alma en vino.
Amor, la tarde fría, amor, la tarde en trueno,
amor, la tarde en vilo. Y aquí por la derecha el cielo abierto y el más
allá vacío. Y ando de dos mil doce en dos mil doce abriendo con las
manos y las garras y el frío aquí en mi pecho ciego un infierno de
azares y de gozos y amarse y de no poder ir ni haber venido. Ando de dos
mil doce en dos mil doce retirando el apoyo y el descanso y el fin al
fondo de mi abismo.
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