miércoles, 1 de mayo de 2013

quede testimoniada aquí ya para siempre mi renuncia a la vida, a la vida convencional, a la vida activa, a la vida mundana, a la vida real

quede testimoniada aquí ya para siempre mi renuncia a lo esperable, mi renuncia a lo razonable, a lo lógico, a lo bueno, a lo deseado, a lo firme, a lo intenso

quede testimoniada aquí ya para siempre mi renuncia a lo que se espere de mí, mi renuncia a todo comportamiento cívico, a todo comportamiento humano, a todo comportamiento serio

quede testimoniada aquí ya para siempre mi renuncia a lo literario, al artificio, al hacerse querer palabra a palabra, al hacerse admirar, al hacerse buscar, al hacerse creer

quede testimoniada aquí ya para siempre mi cesión absoluta a la ley de la gravedad, mi dejarme caer, mi dejarme llevar, mi dejarme morir, mi descanso, mi ocio, mi sequedad, mi tierra viva que me llama a pesar más

queden testimoniados aquí ya para siempre mi talento real y mi talento vital, mi fe en la vida, mi fe en el peso, mi fe en la necedad bien entendida, en la necedad que es para mí fuerza y gozo y gloria y dios, quede aquí firme mi fe en que más allá de toda palabra entendible o creíble o clara o buena está el dios real que es vivir con su sueño y su pereza y su deseo y su egoísmo y su sed y su gana de fumar y llorar y sufrir

quede testimoniado aquí ya para siempre mi dios real: el bien, el mal entendido mal

quede aquí ya eterna y viva y clara y fuerte mi sed; quede aquí ya perfecta y digna y piedra y fiera mi libertad, quede aquí cierta mi libertad

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