sábado, 4 de mayo de 2013

Creo que mi facilidad para conmoverme con las películas no se debe tanto a una sensibilidad que la mayoría de la gente no tenga como más bien a unas ganas constantes de llorar a las que las películas les sirven de coartada para saciarse sin tener que dar explicaciones incómodas.
En fin, tengo una idea bastante rara de lo que es pasarlo bien: pasarlo bien es llorar, pasarlo bien es gozar de lo que se siente, con una intensidad tal que queme y gima y rompa, pasarlo bien es sufrir la vida con toda su intensidad: el verdadero pecado es no ser intenso, lo demás sobra, lo demás es sólo muerte, sólo lo pleno es lo verdadero: la muerte es no haber querido vivir del todo, y éste es mi deseo: gozar la vida hasta que me sangre el gozo, gozar la vida hasta que la sangre estalle y riegue de vida todo.
Eso quiero: llorar y sudar sangre, gozar y sangrar gozo.

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