La fundación del hambre como un milagro a ciegas: definirse, vivir, caer, estar, de pronto una falta, un hogar, un no vivir y tanto porque hagamos nos da.
La fundación del cielo: la batalla del pan, el olvido, la fuente, nada y en tanta nada querer más tropezar: el abismo, la fuga, la cosecha, la paz.
Yo tengo un hambre sola en este mundo: no tener nunca más guerra de la conciencia que a mi guerra bendita le haga guerra y no paz: no tener otra gloria que ser y desear.
4 comentarios:
A veces lo bordas, no sé que tiene todo esto de verdadero de corazón puro
Tiene mucho, pero quisiera que tuviera más.
De guerras y conciencia sobrevive el poeta. Un besito
Sobrevivamos, pues, paz o guerra y con sin ciencia :-)
Un beso.
Publicar un comentario