domingo, 16 de enero de 2011

No creo en otro amor que el que se atreva: el que en piel se desnuda y se llena del otro, y se acaricia y goza y pide más y grita no puede estar mintiendo: ¿llevarías el alma y el color y lo intenso hasta ese punto? ¿Es o no de verdad lo que decías, lo que siento en ti vivo desde el primer momento?: te quieres libertad, te sabes sed de Dios, si es que hay un Dios al que se llame vida, si es que hay un Dios real que viva sin mentiras, sin religión, sin miedo, sin verdades manidas, te quieres a ti misma tal como yo me quiero: hijo de la verdad, y te lo digo amor, te lo digo con fuerza y con valor, y cierto y convencido y lleno de lo que estoy diciendo: lo eres, y lo soy, y en este mundo todos carecen de ese don: tú y yo no carecemos, apostamos los dos por lo único real, por lo único certero.