domingo, 18 de marzo de 2012

MI HAMBRE, por Santiago Tena

Las manos en el cuerpo, la razón, suspirar, respirarte, ser tú. Las manos en el alma, en la tecla, en el oído, en armas, las manos todas tú. Y despertar, por fin, de nuevo despertar, de nuevo despertarnos, de nuevo ver la luz.

Darte conmigo el aire, darte conmigo el hambre, darte conmigo el pan. Las manos en la boca, en el aire, en tu razón, en ti. Las manos por adentro y desde adentro tú boca, mano, paciencia, luz, fogata y asiento, dormir y despertar. Y despertarme yo, y despertar a ti.

Las manos cual el alba, abiertas hacia el cielo, y buscar comprender más que ser comprendido, y buscar más de ti que lo que busco en mí. Y abrir por ti el cielo, y abrir por ti la rama, y abrir por ti el calor. Las manos fuego y vida y abrigo y no ser yo otra cosa que fuego y que calor. Mis manos y mi incendio fuego y llama por ti, mi quemarme interior todo estreno por ti, mi calor, mi ceniza, mi buscar en el aire toda vida, y azul. Mis manos y mis ojos cielo y agua por ti.

Mi calor y mi vida y mi no saber dónde encontrar más calor fuego y cielo y ceniza y fénix y enseñarnos y encendernos todo vivos y niños y locos y sensatos y fuertes y serenos y hambrientos y saciados insensatos en ti. Mi hambre toda es tú.

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